En 2001 el equipo Euskaltel-Euskadi era invitado a participar en el Tour de Francia, cumpliéndose así el sueño perseguido por esta formación desde sus inicios 8 años antes. La victoria de etapa de su corredor, Roberto Laiseka en la cima de Luz Ardiden ponía la guinda en esta primera participación.
Dos años después, en 2003, el equipo se presentaba al Tour con un plantel de corredores muy potente entre los que destacaban Haimar Zubeldia e Iban Mayo. Tras 2 semanas de carrera, se disputaba la etapa 15 entre Bagnères de Bigorre y Luz Ardiden. Los dos corredores vascos llegaban a esta tercera semana con las opciones intactas para luchar por un puesto en el pódium de París. El penúltimo puerto de la jornada, el rey Tourmalet, Haimar Zubeldia lo recuerda como uno de los momentos más bonitos de su carrera.
“Iba muy bien. La afición naranja rugía en las cunetas, nos aclamaban, nos llevaban en volandas hacia la cima del puerto. Ullrich marcó un ritmo muy exigente al que solo pudimos aguantar Armstrong y los dos Euskaltel, Iban y yo, mientras que Hamilton y Vinokúrov, con los que peleábamos por el pódium, habían perdido contacto. Era nuestra oportunidad. Tras coronar con una ventaja importante, el director Julián Gorospe, nos ordenó tomar precauciones en el descenso y recuperar fuerzas para el último puerto, Luz Ardiden. Teníamos al enemigo herido y pudimos haberlo rematado si nos hubiésemos lanzado a tumba abierta, pero optamos por asegurar y no perder todo lo conseguido hasta entonces con una posible caída. El pódium se desvaneció. Los rezagados contactaron de nuevo con nosotros en el descenso y ya no pudimos soltarles de nuevo hasta meta.
Finalizamos un Tour memorable, conmigo en la 5ª posición e Iban en la 6ª. Siempre nos quedará la duda de qué hubiera pasado si hubiésemos arriesgado pero no nos lamentamos de la decisión tomada. Teníamos muy poca experiencia y para todo el equipo, esos top ten nos supieron a victoria”.